IMPORTANCIA DE LA AMISTAD ENTRE MUJERES
Un aspecto muy descuidado de nuestra
cultura es la importancia del vínculo entre amigas. Desde el imaginario
masculino se ha promocionado siempre la relación entre mujeres enfatizando la
predominancia de la rivalidad, del esfuerzo competitivo sobre todo si está
algún hombre deseado en el horizonte. Pero lo que se oculta interesadamente, es
el valor extraordinario y la fuerza que tiene la relación con las amigas. Las
que saben tener amigas conocen el valor de la ternura, de la solidaridad, del
binomio que asocia la propia autoestima con el reconocimiento y el apoyo de
unas buenas amigas, de la compañía fiel en momentos de tormenta, de la que
entiende nuestras confidencias y que muchas veces es quien nos ayuda a mantener
nuestro vínculo con un hombre por aportar la comunicación y el entendimiento
necesarios, tan difíciles de lograr con el otro sexo. Silvina Burlich, una
escritora argentina, decía que es tan difícil que un hombre y una mujer se
entiendan como que lo hagan una jirafa y un elefante. A lo que yo agregaba no
sin humor satírico que peor aún es cuando a la jirafa y al elefante se le suma
el resto del zoológico para opinar. A medida que pasan los años, los príncipes
azules se destiñen y lo que aporta calor y color a la vida son precisamente las
amigas que aportan ese bienestar emocional no sólo para una misma sino para
todas las personas que dependen de nuestros cuidados. Una amiga jamás diría “al
verla así rajé” como dice un hombre en un tango de la mujer que amó y que al
verla después de muchos años deteriorada al verla así rajó. En la historia del
tango, como dice Susana Rinaldi –y no sólo en la historia del tango, sino en la
vida- son los hombres los que huyen del deterioro, del malestar, de la angustia.
Y son precisamente las mujeres las que aportan el calor que alguien necesita,
el oído para escuchar el dolor, el abrazo que consuela, la ternura que te hace
sentir viva. La amistad, la dignidad y la autoestima de las mujeres crecen
juntas. El empoderamiento también. Incluso las relaciones con los hombres no
son iguales para una mujer que se dirige a ellos desde una sensación de
valoración profunda de sí misma que desde una falta de autoestima. En ausencia
de amigas de verdad, hay un vacío de identidad positiva, que empuja a sostener
la propia existencia y la propia valoración solamente con el logro de una
pareja con un hombre, lo que lleva a muchas mujeres a adherirse sin demasiado
criterio selectivo a un hombre o bien a la búsqueda de un hombre tras otro,
para lograr su aprobación. Pero regalarse no es quererse, como señala
Benedetti. Cuando las
mujeres tomamos conciencia del valor de nuestra mutua amistad es cuando nuestro
cuerpo, con sus imperfecciones, con sus déficits propios de la edad, con sus dolores,
se convierte de pronto en un cuerpo lleno de vida, de deseo, de alegría, de
motivos para vivir en esta tierra nuestra que de pronto cambia el rostro que le
ha dejado la ambición conquistadora y la posesividad masculina por la sensación
de calor de una casa confortable.
CLAUDIA TRUZZOLI
CLAUDIA TRUZZOLI
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