LA ESPERA DE PENÉLOPE
Para arropar un cuerpo imaginario
a fuerza de vueltas de ilusión esperanzada,
tejes como Penélope una historia
que se desborda hasta el horizonte
donde llega tu mirada
sin que detengas tu faena
inútil
como un amor que no se palpa,
corrosiva como esperanza vana,
interminable como la lejanía
que miras expectante
por si acaso, apareciera ese hombre
que adorna tu razón escrupulosa
de oropeles cegadores, luminosos
que te hacen olvidar que toda alianza,
si el presente quisiera eternizarla,
nunca deja de ser aunque te pese,
sociedad de duración limitada.
CLAUDIA TRUZZOLI