AGOSTO
En esta película se entrelazan tramas argumentales de una intensa tensión emotiva, que hace difícil soportar la dureza de las interacciones familiares donde predomina el resentimiento y la necesidad de venganza por un pasado infantil de maltrato que se hace pagar en el presente a quienes se tiene más cerca. Una familia se reúne a raíz de la desaparición del padre. La madre (Meryl Streep), una hermana suya, su cuñado y sus tres hijas. Se confirma la muerte del padre, que aparece ahogado en un lago al que había ido a pescar. Después del funeral se reúne la familia a comer y en el transcurso de esa comida se va abriendo una caja de Pandora, que no deja títere con cabeza. La madre, amparada en el argumento de que la verdad puede decirse siempre y sin piedad, no desperdicia ocasión de mostrarse cínica, agresiva, cruel, movida por la oscilación entre sentir su dolor, su soledad, su amargura, su enfermedad, -tiene cáncer-, y una reivindicación orgullosa de poder sola, desmentida por la cantidad de pastillas tranquilizantes, sedantes, antidepresivas, de las que es adicta. Esa oscilación entre aceptar la verdad acerca de sí misma, su dependencia, su necesidad de ser ayudada, y la negación de sus límites, la hacen ser desdeñosa con las debilidades de sus hijas en las que proyecta todo lo que ella no puede asumir de sí misma. Su crueldad y su egoísmo, también están movidos por su rivalidad envidiosa con las hijas porque éstas han tenido una vida comparativamente mejor que la que ella misma ha tenido. Sin embargo, pese a esta aparente ventaja, todas sus hijas tienen fracasos emocionales importantes con las parejas que hacen. Los hombres presentes -el cuñado, el marido de una de las hijas, el novio de turno de la otra, un primo que es el amante secreto de la hija que vive con su madre, no tienen fuerza suficiente como para ponerle límites a la agresividad de la anfitriona frente a la que se muestran sumisos, respirando un clima violento que va en aumento por momentos.
La hija preferida del padre (Julia Roberts), a quien es la primera vez que la veo en un papel dramático, es también la hija preferida de su madre en quien despierta una ambivalencia amor-odio porque no puede aceptar que ésta haya querido más a su padre que a ella misma. Una hija en quien se han depositado ambiciones de realización personal que fueron negadas a su madre y que hace que ésta la descalifique luego con la mayor crueldad. Su otra hija intenta sostener precariamente su autoestima esperando que casarse con el hombre que la acompaña en ese momento, que es poderoso económicamente, la salve de su precariedad emocional, soñando con una luna de miel en Belice. Tanta es su dependencia que aunque este hombre haya intentado seducir a su sobrina -jovencita presente en la casa-, intento que fue malogrado por la criada, ella trata de quitarle responsabilidad intentando culpar a la joven de haberlo provocado.
El personaje que representa Meryl Streep, que por cierto es de una interpretación merecedora de un Oscar- se mueve entre la crueldad y la necesidad de justificarse, relatando con mucha angustia a las hijas una anécdota que muestra la humillación y la burla a la que su madre la sometía, los malos tratos fñisicos, violentos que obtenían frente a la menor rebeldía. Es la única escena donde se le escapan dos lágrimas, sin disfrazar su vulnerabilidad con cinismo. Pero dura poco. Con esta impronta emocional, esta mujer no puede dejar de hacer daño a sus hijas, les reprocha que no hayan llegado a deslumbrar en nada, que desperdició su vida cuidándolas. Una kamikase dispuesta a destruir cualquier vínculo amoroso y cualquier sentimiento de autoestima en sus hijas. Ataca el recuerdo del padre de ellas, lo despoja del dinero que era de ambos, intenta siempre justificarse por sus malas acciones y sin embargo no puede soportar saber que se ha convertido en un obstáculo para la vida saludable de sus hijas. No quiero decir como termina porque es una amarga ironía que les dejo descubrir. Una película durísima, pero con tantos matices, imágenes, personajes, anécdotas, que es imposible sintetizar. Hay que verla. Saldremos sabiendo qué es lo que nunca hay que hacer con los hijos y sobre todo, aprenderemos una vez más que los presuntos secretos familiares son eso, presuntos, porque a quien más se trata de proteger de que no los sepa es quien está más enterado de ellos. Pero este detalle, que es importantísimo, lo dejo para que lo descubran en la película.
CLAUDIA TRUZZOLI
Psicologa y psicoanalista
c.truzzoli@gmail.com
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