sábado, 19 de julio de 2014

COMENTARIO DE CINE: DOS VIDAS






DOS VIDAS

El escenario y la trama de esta película se sitúa en Noruega en 1990. Son los momentos de la reunificación de Alemania con la caída del muro de Berlín. Momento de grandes acontecimientos políticos debido a los cambios que no dejaron inactivos a la antigua Alemania del este que perseguía a los miembros huidos a otros países sin que hubieran solicitado autorización de las autoridades existentes entonces. Miembros de la Stasi también jugaron un papel importante a la hora de sacar partido de aquellos refugiados que no querían volver a su país, integrándolos en la organización de espionaje como pago de no ser deportados. La historia se centra en una mujer que creció en Alemania del este y desde hace veinte años vive en Noruega con su marido, su hija, su nieta y su madre. Así nos es presentada. Es una niña Lebernsborn, o sea, una hija de madre noruega y un soldado alemán. 

Antes de seguir con la trama de la película, una historia aclaratoria acerca del programa Lebernsborn. Su nombre significa fuente de vida. Fue un programa creado a finales de 1935 por Heinrich Himmler, el jefe de las SS. Estaba destinado a procrear niños que tuvieran semejanzas físicas con los niños arios porque la población alemana estaba declinando y para que los nazis pudieran llevar a cabo su política expansionista, necesitaban elevar la población alemana a 120.000.000 de habitantes. El programa Lebernsborn se creó después que las leyes de Nürenberg prohibieran el matrimonio entre arios y miembros de otras etnias, llamadas inferiores, y daba ocasión a muchachas arias solteras a que pudieran tener hijos y poder dar a luz en secreto manteniendo todo el proceso oculto a sus familias y encargándose de su manutención en un entorno seguro y al nacer quedaban los niños bajo la tutela de las SS que además de su manutención se encargaban de su educación que consistía en germanizarlos. Himmler urgió a oficiales nazis dentro de las SS a tener cuanto más hijos pudieran con mujeres de raza aria, para tener niños racialmente puros. No todos podían acceder al programa Lebernsborn, porque los futuros padres tenían que acreditar su pureza racial desde varias generaciones anteriores. Las características físicas exigidas eran ser rubios, tener ojos claros, de altura mínima de metro 1.75 y acreditar un árbol genealógico de pureza racial, que algunos investigadores remontan hasta 1750. Los niños nacidos con algún defecto físico eran exterminados. A los niños se los separaba de sus madres a los tres meses para ser criados y adiestrados por el III Reich. Las casas Lebernsborn se convirtieron en casas de citas, patrocinadas por el gobierno, donde los oficiales de las SS podían tener sexo con mujeres de pura raza aria. La primera de estas casas se estableció en Munich. Himmler supervisó la decoración de los centros y la selección de las madres. Pero el proyecto no daba los frutos que se esperaban de él y entonces comenzó a exigirles a sus SS que procrearan a mayor velocidad para compensar las bajas de guerra. Con ese propósito permitió que mujeres no alemanas de los países ocupados por los nazis, participaran en el proyecto Lebernsborn mientras tuvieran características físicas parecidas a los arios. Noruega fue un país donde se instalaron 9 casas Lebernsborn. Pero aún así, los resultados de crecimiento de la natalidad no estaban a la altura de lo esperado, los SS fueron autorizados mediante decreto a secuestrar niños de los países ocupados que tuviesen un parecido ario, llevándolos a los centros de las SS que los adoctrinaban en la ideología nazi y para hacerles olvidar psicológicamente sus orígenes familiares, los engañaban diciéndoles que sus padres biológicos los habían abandonado y que en adelante tenían un futuro gracias a su nuevo padre, Hitler. Himmler también tomó bajo su protección a niños nacidos el día de su cumpleaños, el 7 de octubre. A estos niños secuestrados fueran huérfanos o no, se les cambiaba el nombre, fecha de nacimiento, se les daba en adopción a familias alemanas y se les hacía creer que los nazis eran sus salvadores. Los niños que no aceptaban ser germanizados eran golpeados cruelmente delante de sus compañeros para modificar su ingratitud para el III Reich. Si a pesar del castigo, persistían en su rebeldía, eran enviados a campos de concentración para cruentos experimentos médicos.
Cuando Alemania perdió la guerra, toda la documentación de los hogares Lebernsborn fue destruida, excepto en Noruega. Las madres que participaron en el proyecto fueron rechazadas por sus compatriotas. 140.000 fueron llevadas a campos de trabajo forzado durante año y medio y al acabar la guerra fueron violadas por ser consideradas las putas de los alemanes y sus hijos eran llamados "mocosos nazis" y conducidos a orfanatos donde los maltrataron. Algunos doctores en salud mental llevaban su repudio aún más lejos llegando al extremo de considerar a estas madres defectuosas mentales y a sus hijos retardados.  Menos del 10% de niños Lebernsborn pudieron ser restituidos a sus familias, pero tuvieron que convivir con un estigma que los rechazaba. La mayoría, unos 200.000 fueron recluidos en orfanatos.
Con estos antecedentes podemos comprender el drama que se desarrolla en la película, cuando una mujer que ha estabilizado su vida  se ve envuelta en una circunstancia de la que no puede escapar y que le cuesta la pérdida de su familia y no cuento más porque hay que verla. Excelente la trama argumental y el montaje de intriga que se nos va desvelando poco a poco. 

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