VISITANTES DEL DESVELO
Cuando se cuelan brutalmente,
como ladrones en
mi casa,
preguntas, dudas,
resquemores
por los amores
vividos y perdidos,
las amigas
desertadas,
las esperanzas
caídas,
me gustaría convertir
las
incertidumbres en certezas,
tener acceso al
corazón del otro,
que las palabras
no pudieran
dejar margen a la
interpretación,
cambiar los
errores cometidos
por nuevas
oportunidades,
traspasar los
rencores propios y ajenos
ofrecer palabras
amables,
manos abiertas a
las caricias,
propiciar un
nuevo encuentro.
Pero eso sólo
ocurre,
en noches
desveladas como ésta
cuando los
fantasmas de la noche
nos crean la
ilusión de cambio fácil
de actitudes e
impedimentos
que la luz del
día nos recuerda.
CLAUDIA TRUZZOLI
3 de abril 2012
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