SISTEMAS CRUELES
Unos niños nos despiertan con sus gritos
porque en su casa se mama la violencia,
mientras el pánico va causando sus estragos
nadie pone coto a su tormento,
es un asunto privado, nos comentan.
Otras veces, más de las esperadas,
el periódico nos informa del asesinato
de mujeres e hijos a manos de compañeros
presuntamente sentimentales.
Fuera de casa asistimos
al triste espectáculo de quienes
esperan hallar en los containers
el alimento que calme su hambre,
el mendigo con la mano extendida
que recibe el incómodo desdén
de quien se sabe afortunado,
molesto por esa presencia inoportuna
que le recuerda la injusticia.
La lógica del sálvese quien pueda
va ganando peso en la conciencia
obturando salvajemente la esperanza
mientras crece la desproporción
entre la ambición desatada de unos pocos
y la caída libre en el abismo
de quienes son afectados por sus robos.
El maquillaje de los ideales ha caducado
y deja ver el auténtico rostro
de la más impune de todas las crueldades,
la que deja sin pan, sin asistencia,
sin remedios, sin vivienda, sin apoyos
a los condenados de la tierra
con la complicidad
de sus infames y corruptos dirigentes.
CLAUDIA TRUZZOLI
4 de mayo 2013
Unos niños nos despiertan con sus gritos
porque en su casa se mama la violencia,
mientras el pánico va causando sus estragos
nadie pone coto a su tormento,
es un asunto privado, nos comentan.
Otras veces, más de las esperadas,
el periódico nos informa del asesinato
de mujeres e hijos a manos de compañeros
presuntamente sentimentales.
Fuera de casa asistimos
al triste espectáculo de quienes
esperan hallar en los containers
el alimento que calme su hambre,
el mendigo con la mano extendida
que recibe el incómodo desdén
de quien se sabe afortunado,
molesto por esa presencia inoportuna
que le recuerda la injusticia.
La lógica del sálvese quien pueda
va ganando peso en la conciencia
obturando salvajemente la esperanza
mientras crece la desproporción
entre la ambición desatada de unos pocos
y la caída libre en el abismo
de quienes son afectados por sus robos.
El maquillaje de los ideales ha caducado
y deja ver el auténtico rostro
de la más impune de todas las crueldades,
la que deja sin pan, sin asistencia,
sin remedios, sin vivienda, sin apoyos
a los condenados de la tierra
con la complicidad
de sus infames y corruptos dirigentes.
CLAUDIA TRUZZOLI
4 de mayo 2013
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