lunes, 7 de abril de 2014

COMENTARIO DE CINE: IDA

COMENTARIO DE IDA


El argumento trata de una joven huérfana que se ha criado en un convento después que en la guerra mataran a sus padres. Ella decide tomar los votos definitivos para hacerse monja, pero con muy ben criterio la madre superiora del convento le dice que debe antes visitar a la única pariente que le queda viva, una tía materna, y también le comunica que ésta no quiso hacerse cargo de ella y que está viva. Va a visitarla, pero si  bien el recibimiento es muy frío, esta tía la pone en conocimiento de sus orígenes, le comunica que es judía. Esa es la razón por la que mataron a sus padres. Ambientada en la Polonia de los años cincuenta, el tema, el tono y el ambiente de la película es deprimente, con sus núcleos urbanos míseros, decadentes, el paisaje desolado. Cuando Ida conoce la verdad quiere saber donde están enterrados sus padres. Eso supone una búsqueda fatigosa, recorriendo diversos lugares, preguntando a distintas personas hasta que dan con un hombre que dice saber donde están enterrados y confiesa ser él quien los mató incluido un hermano pequeño que no hubiera podido disimular su origen judío por estar circuncidado. Por esa razón, ella, al no tener un signo evidente de judaísmo, se salvó de la muerte. Este hombre se hizo dueño de la tierra y de la casa que era de los padres de Ida. Hace un trato con ellas y les dice que les indicará el lugar donde los ha enterrado si a cambio ellas renuncian a la casa y a sus tierras. Trato que aceptan, desentierran los cráneos de los suyos y les dan la sepultura familiar. 

Como contrapunto a la rigidez de Ida, su tía aparece casi como un alter ego contrario. Bebedora y fumadora, compulsiva hasta en el hecho de entregarse a cualquier hombre ocasional para evadir un sentimiento de vacío y desesperación, no quiere que su sobrina desperdicie su vida haciéndose monja. Le dice que es muy bonita, que no debe perderse placeres, porque así sabría el precio de lo que renunciaría si lo hiciera, en un intento de influenciarla para evitar su decisión.


 Por el camino, en un auto stop recogen a un joven saxofonista, joven, atractivo y de la edad más o menos acorde con Ida. La invita a escuchar el show donde interviene el joven pero Ida rechaza ir. 


Su tía después de una última aventura ocasional decide suicidarse tirándose por la ventana. Típico suicidio de una persona a la que le fracasa el fantasma que sostiene su estructura psíquica. Ida, conmocionada por esta muerte, intenta asimilar rasgos de su tía por identificación introyectiva, algo bastante común como mecanismo defensivo frente a la pérdida de un ser querido. Una manera de no perderlo del todo. Empieza a beber, a fumar, a vestirse de fiesta como su tía, tiene un encuentro sexual con el joven saxofonista , quien le ofrece llevarla con él a otro pueblo donde tiene que actuar. Ella le interroga por el futuro y él le contesta que se casarán, tendrán hijos, pero ella quiere saber qué pasará después y él le contesta, la vida. Respuesta demasiado inconcreta para una joven acostumbrada a ritos, horarios, seguridades, una contención segura, que es la que le ofrecía el convento, que es como el vientre materno para Ida, al que no pudo renunciar. Su conflicto no es entre su religión y sus orígenes judíos sino entre la seguridad, aunque eso signifique una merma de potencialidades, y la vida, con toda la inseguridad que lleva consigo. Y su tía, aunque parezca una mujer libre de prejuicios, parece que tampoco puede resistir el vacío melancólico, como lo certifica su suicidio, aunque su vida y la de su sobrina, parecieran tan diferentes en las formas, pero no en su estructura.

CLAUDIA TRUZZOLI  
7 de abril 2014


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